Suma y sigue, al parecer la orden es la de talar todo árbol viviente, ya sea pequeño, grande, que sus raices levante el acerado, que no lo haga, que perjudiquen las redes de agua, que no lo haga. Las instrucciones son claras, arrasar con todo.
Y si los ciudadanos lo permiten, tadavía les queda tajo, les queda en pie sólo 71 árboles y al final el polígono industrial sin sus árboles quedarán como un desierto.
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